Con este nombre tan taurino y decoración al uso, uno tiene la sensación de estar en pleno barrio de Triana sevillano y camino de La Maestranza. Pero donde realmente se halla ubicada esta acogedora Taberna-Restaurante es en un recoleto rincón del bien cuidado y conservado Casco Antiguo de Villena. La materia prima de calidad es el sello de la casa y si se la trata con honradez dá como resultado una magnífica velada. Velada que transcurrió como sigue.
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De entradas
PULPO A LA PLANCHA, un bocado realmente exquisito y con un sabor de los que dejan huella.
CROQUETAS DE JAMÓN IBÉRICO Y MORCILLA, las primeras realmente sublimes con generosas aportaciones de pernil. Las segundas, daba la sensación de ser una morcillita rebozada. Insultante sabor en ambos casos, lástima que no fueran un poquito más grandes.
BOQUERON A LA ANDALUZA, si el pescado es fresco-fresco, el aceite límpio y las manos de la cocinera angelicales...sobran los comentarios.
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De platos fuertes,
MANITAS DE CERDO, jugosas, tiernas y con una salsa nada empalagosa.
RABO DE TORO, tres cuartos de lo mismo, generosa ración acompañada de patatas y zanahoria.
ENTRECOT DE TERNERA, bien tratado en la plancha e importante pieza para disfrute de cualquier "carnívoro".
De postres unanimidad: FOUNDANT DE CHOCOLATE SIN BIZCOCHO, chocolate en estado puro que le deja a uno con sabor difícil de olvidar.
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Acompañamos las viandas con un Carlos Serres Rioja CR., cervezas y vermuth iniciales, así como cafés y licores (gentileza de la casa) por 33 euros que se pagan a gusto y con ganas de repetir. Por ponerle un pero, el pan no estaba ni crudo ni tostado...un poco más de tostadora lo habría elevado de categoría.