No he oído a nadie ni una crítica negativa a este restaurante. Tenía ganas de volver (sólo había ido una vez, lo reconozco) y cuando me propusieron el lugar no lo dudé un instante. Es una apuesta segura. Es comer bien, posiblemente la mejor carne de la comarca, y pagar lo justo. La experiencia resultó ser de esas que se quedan en la mente y las papilas gustativas durante mucho, mucho tiempo.
Un PULPO A LA GALLEGA que si bien no aportaba nada extraordinario sí se puede decir que estaba realmente exquisito y con la textura óptima para disfrutar de este clásico. CALAMAR PLANCHA, sin dudas, sí, sin dudas, el mejor que he comido en mi vida. No estábamos al borde del mar no, todo lo contrario, en plena sierra eldense, pero amigos lectores, el producto fresco como nunca, tratado en plancha de forma sublime y acompañado de una salsa de esas que hacen que se acaben las hogazas en dos quilómetros a la redonda...hummmmm
De plato principal SOLOMILLO A LA BRASA, aunque mi memoria no es lo mejor, tengo este solomillo por calidad, cantidad, textura, tratamiento en la parrilla y sabor, como uno de los mejores, si no el mejor, que he probado en mis 47 tacos. Espectacular. Eso sí, la guarnición es mejorable, tanto el pisto como las chips.
Para rematar la faeana PARFAIT DE CHCOLATE BLANCO CON MERMELADA DE KIWI, lo mejor de este postre la mermelada, el helado nada destacable aunque se disfruta con su ingesta.Todo ello regado con cerveza bien fria en copas heladas (no era cuestión de mezclar vino-cerveza) más cafés y licores de orujo por 33 euros que hacen justicia a la experiencia vivida. Muy, muy recomendable.